Construida en la misma fecha, se hallaba ante las baterías de Daoíz y del Portazgo, en el salero del mismo nombre. Consistía en un foso y parapeto con banquetas para uso de los fusileros. Su función era proteger los puestos más avanzados, alejando el fuego francés de la primera línea y de la población de San Fernando. La actividad salinera ha eliminado todo vestigio del puesto original. No hay referencias en el Atlas de las Fortificaciones de La Isla de León.
Igual que las anteriores, era de construcción sencilla formada por un parapeto aspillerado de apenas dos metros de altura, entre cuyos merlones se situaban sobre cureñas de madera los cañones de tres metros de largo. El acabado fratasado del muro y los sillares vistos en las esquinas eran idénticos a lo explicado en anteriores baterías.