Fue levantada al lado este del puente Zuazo a lo largo de los siglos XVII y XVIII, llamándose originalmente Batería de San Francisco.
Era una fortificación estable de planta rectangular. Tenía 4 piezas y estaba situada entre el baluarte de San Pablo y las baterías de la Concepción, Portazgo y Trinidad.
Sólo se conserva a la vista un trozo de poco más de 12 metros de longitud por 5 de ancho y una superficie de 65 metros cuadrados, estando el resto sepultado bajo las vías del tranvía.
Su denominación probablemente sea en honor del duque de Alburquerque, que llegó a San Fernando el 2 de febrero de 1810 con el ejército de Extremadura para incorporarse a la defensa de la ciudad frente a las tropas napoleónicas.
En la foto de Milano de mayo de 2009 se ve sin derruir y con vegetación entre las grietas. Para las obras del tranvía fue necesario proteger con plástico y enterrar un trozo.
Durante estas obras se descubrieron un total de diecisiete piezas de artillería, todas de hierro fundido. Los cañones estaban muy deteriorados y se trasladaron al Museo Provincial de Cádiz para su restauración.