Se construyó a finales de la primera década del siglo XIX para la defensa del castillo de la Cortadura, igual que el baluarte de Santa María.
Es de planta triangular y en su parte interior se disponía un patio abierto. Su conexión con el resto del fuerte se realiza por medio de una muralla abaluartada, cortada por la carretera que une Cádiz con San Fernando. El foso se usa ahora como aparcamiento y zona deportiva.
Está construido de piedra ostionera y fue restaurado en 1970. Está declarado Bien de Interés Cultural. Se encuentra abandonado y en un deficiente estado de conservación.
En el mapa de 1799 de Matheo Hurtado se aprecia ya casi en este mismo sitio la ubicación del “bastión de la batería de San José”.