Está entre la punta de las Cabezuelas y el caño del Trocadero. Se le conoce como fuerte o torre de Matagorda. Se construyó a orillas de la bahía frente al castillo de San Lorenzo del Puntal. Junto al fuerte de San Luis formaba una red de fortificaciones que protegían la entrada al saco interior de la bahía y el acceso al caño Sancti Petri. Sus diques apoyaban al Real Carenero en la construcción y reparación de buques. Los restos aún son visitables desde las instalaciones del astillero de Puerto Real. Era un fuerte de murallas bajas con acceso a través de una calzada que se inundaba con las mareas altas.
Su construcción se decide tras el asalto a Cádiz del conde de Essex en 1596. Se construyó en 1691 con planta rectangular sobre una plataforma de estacas y diseñado por el ingeniero Cristóbal de Rojas. Su artillería llegó a contar con 18 cañones y estaba orientada hacia el interior de la bahía. Matagorda llegó a ser considerado por algunos como el fuerte más importante de la bahía ya que su instalación permitiría incluso poblar aquel paraje y por tanto su mejor defensa.
Plano del Castillo de Matagorda en su estado en 1810
No se conservan los planos de Rojas sino posteriores. Sabemos que se ejecutó con hormigones de cal, arena y cascajos. No eran edificaciones de piedra capacitadas para soportar grandes cargas de artillería. Las sucesivas modificaciones buscaban disminuir la altura de la plataforma de tiro para situar la cota de disparo lo más posible al nivel de las embarcaciones objetivo de los disparos. En 1625 intervino en la defensa de Cádiz, tras la cual tuvo que ser reconstruido con piedras, mampostería y cantería.
En el plano inglés de la Bahía de Cádiz realizado en 1813 por William Smith, el reducto Napoleón viene representado con dieciséis cañones y cuatro morteros.
En 1702 resistió un ataque inglés desde tierra, lo cual reveló la necesidad de reforzar su frente de tierra. Sus murallas bajas eran de perfil no muy inclinado, reforzadas en las aristas con zapatas y rematadas por un parapeto con banqueta interior y troneras. Tenía dos cuerpos bien diferenciados: el frente de mar, según el proyecto del siglo XVI, y el de tierra, añadido tras el ataque de 1702.
Consiguió resistir el asalto de las tropas anglo-holandesas que habían desembarcado en El Puerto de Santa María, gracias a su propia artillería, su situación natural, que convertía las marismas y mareas altas en aliados, y el fuego de navíos desde el interior de La Bahía. Derrotados, reembarcaron en Rota unos días después.
En 1810 fue ocupado por los franceses y recuperado por los ingleses. Esto permitió dar tiempo a las tropas españolas e inglesas para reconstruir las defensas de Cádiz y San Fernando.
Bomba lanzada desde La Cabezuela y aún visible en Cádiz.
Posteriormente lo volvieron a tomar los franceses pero antes fue incendiado por los ingleses para que no pudieran aprovecharlo para atacar Cádiz. Los cañones fueron inutilizados y los franceses instalaron los famosos morteros Villantroys, con los que bombardearon Cádiz durante los dos años y medio de asedio. Los ataques no eran demasiado eficaces por la insuficiente potencia de la munición y por los ataques que recibía desde Puntales y las embarcaciones cañoneras, lo cual obligaba a dedicar esfuerzos para mantener la posición y las instalaciones.
En 1823 volvió a ser ocupado por las tropas absolutistas. Luego se intentó rearmar pero el proyecto no se culminó.
La planta del conjunto es lo que puede observarse hoy tras décadas de uso industrial y luego abandono. Estas ruinas fueron usadas incluso como depósitos de carbón en las primeras décadas del siglo XX. Su estado de conservación es de ruina consolidada. Se mantiene la planta de la edificación principal y de las estructuras anexas. La zona del castillo se puede visitar junto al conjunto histórico del astillero de Matagorda.
Proyecto para el fuerte de Matagorda 1866
Se encuentra bajo la protección de la declaración genérica del decreto de 22 de abril de 1949 y la ley 16/1985 sobre el patrimonio histórico español.