Realizado el desembarco anglo-holandés de 1702 en El Puerto (como dijimos antes), se prolongó la ocupación y saqueo de Rota, El Puerto y Puerto Real un mes. Durante la presencia de los franceses Puerto Real sufrió acoso y dominación por parte de las tropas imperiales. Esto dejó una localidad casi derruida y arruinada económica y demográficamente tardando décadas en recuperarse.
Algunos episodios del sitio de Cádiz tuvieron lugar en tierras de esta localidad, como la captura de la flotilla del Almirante Rosilly en junio de 1808 o las escaramuzas y enfrentamientos que tuvieron lugar entre españoles y franceses al lado del puente de Zuazo a partir de febrero de 1810. Ocurrieron en tierras y aguas puertorrealeñas ya que, tras el fracasado intento francés de cruzar dicho puente, las tropas españolas los hicieron replegarse hasta las inmediaciones del actual Barrio Jarana y el molino de Ossio, estableciendo y manteniendo los españoles posiciones alrededor de lo que actualmente es el polígono de Tres Caminos.
Es necesario insistir en que el término municipal de Puerto Real comienza a la mitad del Puente Zuazo. Las construcciones defensivas de éste se encuentran en el capítulo llamado "Baterías en la cabecera del Puente Zuazo". El entorno del puente y el Trocadero acaparan la mayor parte de la información disponible en texto y en cartografía.
Detalle del plano de 1812, referencia de registro RM.27230, en Instituto Cartográfico de Cataluña. Se aprecian con claridad las fortificaciones realizadas en los pasos del San Pedro y el Guadalete para controlar el camino entre El Puerto de Santa María y Puerto Real.
Durante la Edad Media las zonas llanas litorales de Andalucía quedaron despobladas porque estaban expuestas a ataques de piratas o ejércitos enemigos. La planicie no daba amparo y la costa facilitaba el desembarco de asaltantes y una huida rápida tras un saqueo. Todo cambiará con la llegada de la pólvora.
Las fortificaciones cambiaron para adaptarse a los cañones y nuevas armas de fuego. Aparecen perfiles más bajos, muros más gruesos e inclinados (con alambor), y cobran importancia fortificaciones de campaña, terraplenes y fosos que estarán presentes desde el siglo XV hasta los frentes de trincheras y búnkeres en el siglo XX. Una batería con dos cañones es capaz de cerrar el acceso a un caño navegable e incluso hostigar y hundir un barco aunque esté equipado con cientos de armas.
Alambor: desnivel de tierra compactada o talud, que en la base de las murallas recorría su perímetro para dificultar la colocación de escalas y máquinas de asalto, así como dificultar la labor de zapadores.
En el parque metropolitano encontramos presencia de fortificaciones militares durante los siglos XVIII y XIX. Están destinadas a proteger la vía navegable del río San Pedro, las comunicaciones entre El Puerto de Santa María y Puerto Real, y las posibles zonas de desembarco. Durante el siglo XVIII ante un posible ataque inglés a la Bahía de Cádiz y sus ciudades, se aumentó el número de tropas y se aprovisionó con armamento a las fortificaciones ya existentes.
También se construyeron dos fortificaciones de campaña que cerraban la entrada al río San Pedro, que aparecen en el plano de 1780: una en la Punta de los Saboneses, entonces denominada Punta de las Doradas, y la otra enfrente en la zona donde con posterioridad se construirá la Cortadura del río San Pedro. Ambas serán precedente para mantener la zona fortificada en momentos posteriores.
Se vuelven a construir fortificaciones durante la Guerra de Independencia española. Los franceses ocuparon todo lo que ahora es el parque metropolitano Los Toruños. Establecieron un campamento en La Algaida con objeto de asediar Cádiz y tomar Matagorda, desde donde se podía bombardear la ciudad, controlar la navegación del Río de San Pedro y el camino entre Puerto Real y El Puerto de Santa María a través de los puentes de barcas que existían sobre los ríos Guadalete y San Pedro.
El Puerto de Santa María era importante para garantizar el control de los frentes de Sanlúcar, Jerez de La Frontera y Cádiz. Por otro lado, Puerto Real controlaba el acceso a las zonas libres de San Fernando y Cádiz. Se explica la importante presencia militar en la zona.
Detalle de las fortificaciones francesas en el Parque Metropolitano. Se aprecia como ya se habían destruido algunas de ellas. Plano de 1812, nº de registro RM.24652, Instituto Cartográfico de Cataluña.
En el entorno de la actual cortadura del Río San Pedro los franceses realizaron otras fortificaciones pero sabemos que se destruyeron por los zapadores del ejército español una vez que los franceses abandonaron el campamento en La Algaida. La situación de este campamento ha sido descrita por varios autores, como Antonio Muro. Era un campamento móvil, que se desplazaba a medida que se avanzaba hacia Matagorda.
En la zona donde está el edificio principal del parque, se asentó una batería que garantizaba la seguridad de la vía navegable del río de San Pedro y podía hostigar la playa de Levante.
La ocupación de Puerto Real por los 100.000 hijos de San Luís es singular pues la población celebró su llegada y retorno al absolutismo igual que había celebrado la vuelta de la Constitución de Cádiz. Las tropas permanecieron en la Real Villa entre julio y septiembre de 1823.
Plano que manifiesta los Puntos que tienen fortificado los Franceses en Puerto Real y sus inmediaciones hasta el Caño del Trocadero y obras que se proyectan. Archivo Cartográfico de Estudios Geográficos del Centro Geográfico del Ejército — Colección: SG — Signatura: Ar.G-T.9-C.4-935.
Construcciones en Puerto Real:
Reducto de los Granaderos, en el camino desde San Fernando hacia Puerto Real
Batería Molino de la Carraca, frente a la Carraca
Reducto Los Jardines, en las bocacalles a la entrada de Puerto Real a la derecha.
Baterías de Defensa, en las bocacalles a la entrada de Puerto Real a la izquierda.
Batería del Muelle
Batería del Desembarco, en otro muelle cercano al principal.
Batería las Provisiones, cercana al caño del Trocadero.
Batería la Campaña, en las Canteras.
Reducto Campo de Prueba, bocacalles a la salida de Puerto Real hacia el Puerto de Santa María.
Batería Ruffin, en el camino de La Isla (Barrio Jarana).
Atrincheramientos en el camino hacia La Isla.
Batería del Dique, en el caño del Trocadero junto al Molino de Guerra.
Batería de Defensa, en el caño del Trocadero.
Batería San Pedro, junto al caño de San Pedro.
Batería La Rada, junto al caño de San Pedro.
Batería Cabeza de Puente, junto al puente que cruza el caño del Trocadero, enfrentada al Arsenal.
Atrincheramientos en el centro del Trocadero atravesándolo de Este a Oeste.
Batería El Paso, en la isla del Trocadero, enfrentada a Punta Cantera (en La Isla).
Batería Leval, también en la isla del Trocadero y enfrentada a Punta Cantera.
Fuerte San Luis, en la isleta de embocadura del caño del Trocadero a la derecha.
Batería Aboville, en la embocadura del caño del Trocadero a la izquierda.
Batería Entradas del Caño, en la embocadura del caño del Trocadero, arriba de Aboville.
Fuerte de Matagorda, en el extremo sur de la Isla del Trocadero, enfrentada a San Lorenzo del Puntal.
Batería El Palmar, en el camino desde La Isla a Puerto Real a la altura del Meadero de la Reina.
Batería Santa Bárbara, también en el camino desde la Isla a Puerto Real a la altura del Meadero de la Reina.
Reducto Napoleón, detrás de Matagorda.
Batería Pozo de los Carretones, en Puerto Real.
Batería Torreón de los Volteadores, en Puerto Real.
En este plano del término municipal de Puerto Real, después de la retirada de los franceses en 1812 se aprecian las fortificaciones en la península del Trocadero.
Cuando el nefasto Fernando VII decide terminar con el trienio liberal las tropas francesas acuden en su ayuda para reimplantar el absolutismo. Pese a que el gobierno español había ordenado fortificar el Trocadero los franceses, mandados por Angulema, toman la península obligando a la rendición de Cádiz, la liberación de Fernando VII y el fin del liberalismo.
La importancia que esta victoria supuso para los franceses queda hoy todavía evidente al dar nombre a uno de los lugares más famosos de la ciudad de Paris: la plaza de “El Trocadero”.
La Batalla del Trocadero tuvo lugar en la madrugada del 30 al 31 de agosto de 1823 y recibe su nombre por ser la cortadura del Trocadero el escenario principal de este conflicto.
Esa madrugada las tropas francesas, aprovechando la bajamar, atacaron por sorpresa a las tropas españolas con bayonetas. La batalla fue sangrienta y el desconcierto pasó factura a las tropas españolas. Los efectivos que quedaban todavía en pie se retiraron al castillo de San Luis, el cual permitía la evacuación hacia el de Puntales. Esto dejó a la península del Trocadero sin presencia española, hizo posible la caída del Fuerte de San Luis y permitió el bombardeo de Cádiz durante varias semanas hasta la rendición.