Se encontraba a orillas del caño Zurraque, en el suelo firme dejado por el salero del mismo nombre, lo que le permitía poder asentar bien las piezas de artillería. Flanqueaba con sus fuegos los caminos de Puerto Real y Chiclana, la batería del Portazgo por su espalda y los puestos proyectados en la isla del Vicario.
Era una de las baterías más interesantes para proteger la navegación de las fuerzas sutiles por los caños Zurraque y San Pedro.
Estaba rodeada de foso y cerrada por su gola. Contaba con seis piezas de a 16, tres de a 12, tres de a 8 y dos obuses de 7 pulgadas..