Antes de nada es necesario distinguir entre el baluarte y la batería. El baluarte defendía el sector exterior del muelle al norte de las murallas y la rada del puerto, justo delante del baluarte de San Carlos. No se conservan restos. Este baluarte suponía el cierre de la muralla del puerto, que se iniciaba en el baluarte de Santiago.
Batería de San Felipe 1890
Estaba frente a Santa Catalina, en El Puerto de Santa María, y defendían entre ambos la entrada a la bahía. Al mismo tiempo cruzaba fuego con el baluarte de La Candelaria en la defensa de la muralla norte de la ciudad. Constituye uno de los ejemplos más antiguos del proyecto de recinto amurallado: un muelle espigón ante la Puerta de Tierra y otro extremo avanzado en San Felipe.
Se levantó a la vez que los de Santiago y Santa Cruz en 1557. En 1560 estaba dispuesto para instalar la artillería. La forma corresponde al diseño básico de un baluarte con cuatro caras, dos de ellas en ángulo que hacia el mar y muros ataludados. Los cañones sobre las cuatro caras permitiría disparar tanto hacia el interior de la bahía como hacia el exterior.
En 1727 se crea la "Real Junta de Fortificación” para “la administración y cobro de los arbitrios aplicados a la fábrica de mallas y demás obras de fortificación de la plaza”. Su antecedente sería la Junta de Murallas de 1687. Fueron ingenieros militares los encargados del amurallado de todo el perímetro de Cádiz. El frente de la bahía comprendía desde el baluarte de Santiago hasta San Felipe. Éste último sufre pronto las consecuencias de los temporales, lo que provoca daños que necesitarán de continuas reparaciones hasta su ruina.
En 1730 Ignacio Sala redacta el proyecto para la muralla desde el baluarte de San Antonio hasta el de San Felipe (no confundir con la batería del mismo nombre y también derribada para la construcción de San Carlos), usando la parte interna para construir 57 almacenes (bóvedas) y financiar con su venta dicha edificación. Además quedaba espacio para la construcción de la Aduana, la Casa de la Contratación y el Consulado. Las obras se interrumpieron a los diez años por falta de fondos.
El terreno a sus pies fue primero una playa con la marea baja y tras el derribo de la Muralla Real y la creación de la plaza de España, pasó a ser un varadero para embarcaciones, incluso con un pequeño astillero.
Desaparecido el muelle, se encuentran en buen estado las baterías. La batería de San Felipe, la que conocemos, se levanta después de 1869, tras la revolución "La Gloriosa". No tuvo uso aunque sus piezas sí se utilizaron para realizar las salvas de honor que estaban regidas por una circular del Ministerio de la Guerra de 1881. Cádiz era una de las 14 plazas y fortalezas donde podían realizarlas en fechas concretas (Corpus, Sábado Santo, Inmaculada Concepción y Santiago) y las reservadas a la Casa Real y altos mandos del ejército. El número de disparos era diferente según el caso y en Cádiz también se disparaban cuando nos visitaban escuadras o navíos de guerra de potencias extranjeras. Esta costumbre se mantuvo hasta bien entrado el siglo XX.
A partir de 1957 las bóvedas fueron pasando progresivamente a ser propiedad del Ayuntamiento (las últimas fueron cedidas por el Ministerio de Defensa en 1997), siendo usadas en alquiler para negocios y almacenes. En la actualidad el techo de las bóvedas es practicable como paseo.