Se encuentra en el barrio de Puntales. Es fácil de localizar por la torre de electricidad que se construyó junto a él en 1955. La ensenada de Puntales es uno de los mejores fondeaderos de la Bahía de Cádiz, por lo que desde antiguo se vio concurrida de embarcaciones, estableciéndose allí careneros y después astilleros.
El nombre de "Puntales" viene porque eran terrenos fangosos y necesitaban que se clavaran en él maderos ("puntales") para poder levantar estructuras sobre ellos. Es una técnica muy utilizada en toda la Bahía de Cádiz, por ejemplo en el arsenal de La Carraca.
Las flotas para el comercio de Cádiz con el Pacífico y América fueron construidas en playas gaditanas y por armadores gaditanos, maestros de ribera. El arsenal del estado estuvo en Puntales antes del traslado a la Carraca por Carlos III. El último navío construido fue el Hércules, botadura presenciada por Felipe V.
Existían edificios para viviendas del personal ocupado en los trabajos de carena y construcción de buques, y para los destinados a artillería; o talleres como almacenes de jarcias y demás efectos.
En la foto se puede apreciar el parapeto cubierto así como los glacis que dificultaban el acceso. Detrás del carro se pueden adivinar una batería con cañones montados
No existe documentación exacta sobre su fecha de construcción pero es de los más antiguos de Cádiz. A mediados del siglo XVI se plantea construir un baluarte en el Puntal, al ser una zona que ofrece fácil acceso a tierra firme y que se sitúa aproximadamente a mitad del istmo. A su vez queda frente a la punta de Matagorda y a la desembocadura del caño del Trocadero. Entre estos dos lugares se produce un estrechamiento de la bahía, que permitía el control sobre el saco interior de la misma.
Entrada al castillo de Puntales
El fuerte primitivo fue proyectado por Calvi en 1554 y mantenido por Fratín en 1574. Era de planta cuadrada y sostenido sobre puntales. En el asalto a Cádiz de Drake en 1587 se menciona la localización de una pequeña fortificación con cinco cañones.
En 1588 se iniciaron obras de mejora dirigidas por el Adelantado Mayor de Castilla finalizando al año siguiente. Mantuvo forma cuadrangular con dos baluarte: uno al mar y otro a tierra.
Fray Pedro de Abreu a finales del siglo XVI describe el camino desde la Isla de León hasta Cádiz y dice que tras el estrecho istmo se vuelve a ensanchar el terreno hasta llegar a la ciudad con unas huertas y viñas a las que califica “de poca consideración”. También dice que en la parte que se ensancha hacia la bahía, hay un baluarte con unas cuantas piezas de artillería y que es conocido el sito como “El Puntal”.
En 1596 fue destruido en el desembarco anglo-holandés del conde de Essex y Lord Effinghan, lo que puso de manifiesto la necesidad de construir un fuerte o castillo. A consecuencia de esto en 1597 Felipe II ordena construir los fuertes del Puntal y Matagorda "colocados uno enfrente del otro porque cubrían con sus fuegos el estrangulamiento de la bahía en aquel lugar, dominando la entrada y salida de los navíos..."
La construcción comienza en 1607 prolongándose durante varios años debido a falta de fondos, mala administración y correcciones sobre el proyecto original. El cuerpo principal muestra muros en talud, posiblemente construidos con tierra y mampostería de piedra al exterior.
La construcción comienza en 1607 prolongándose durante varios años debido a falta de fondos, mala administración y correcciones sobre el proyecto original. El cuerpo principal muestra muros en talud, posiblemente construidos con tierra y mampostería de piedra al exterior.
Según publica Juan Antonio Ramírez del Río en el grupo Fototeca Histórica Gaditana, estas obras mejoraron su capacidad defensiva pero sin grandes avances en cuanto a la artillería.
En 1736 Sala aumentó su capacidad artillera con una batería lateral. Era una fortificación de murallas bajas, de perfil poco inclinado, reforzadas en las aristas, con zapatas y rematadas por un parapeto con banqueta interior y troneras. En el lado del mar se construyó el polvorín y la vivienda del castellano mientras que en el de tierra se construyó un foso con puente levadizo.
Era necesario que pudiera defenderse de un ataque por tierra tras un posible desembarco y evitar que cayera en manos enemigas, como en 1596 y 1625. Del fuerte de principios del XVIII se conserva casi todo el cuerpo de tierra, incluido el foso. Han sido eliminados algunos merlones.
Entre 1809 y 1812 afrontó el asedio de las tropas napoleónicas, resistiendo durante 30 meses un duelo artillero contra las baterías de Matagorda y del Trocadero. Entonces el fuerte tenía forma de cuadrilátero rodeado de agua por tres de sus lados y foso con compuerta y puente de madera. Contaba con el refuerzo de tres baterías exteriores, 46 cañones y 2 morteros.
En este plano francés de 1704 se aprecia la forma de cuadrilatero y su posición respecto a la línea de marea.
Puntales proyecto de 1724
Tras la Guerra de Independencia en 1855 se realiza otro proyecto de reconstrucción. Las obras comenzaron en 1863 con el frente de mar en curva que ha llegado hasta hoy con alguna modificación.
Tiene planta ovalada con dos semibaluartes con fosos y cortinas. El foso se inunda durante la pleamar y es nivelado mediante una compuerta. Un puente de piedra lleva al interior, donde se ubican dependencias para alojamiento de tropa, almacén…
En 1923 fue transferido a la Armada y en 2004 la estación naval de Puntales se integra en el arsenal de la Carraca.
En la actualidad se mantiene la planta ovalada y el lado oeste está ocupado por dos baluartes construidos con sillares de piedra ostionera. Las cortinas están colocadas en talud. Dispone en cada frente de dos cañoneras y en cada esquina que une los flancos, hay una garita. El patio está rodeado de pabellones con terrazas en las que se aprecian las barbetas, convertidas en ventanas. Está catalogado como bien de interés cultural.
Plano de 1725 del terreno comprendido entre la huerta del Convento de Santo Domingo, el Castillo de Puntales, Almacén de Polvora del Consulado y Playa del Sur, al frente del camino cubierto de la Plaza de Cádiz