No quedan restos de esta batería. La Carraca contaba con algunas baterías provisionales y en el ángulo que forma el caño Sancti Petri con el caño que aísla la Carraca en su entrada, había una estable de 12 cañones para los buques que salvados todos los obstáculos consiguiesen llegar al propio arsenal, como ocurrió al rendir la escuadra de Rossilly en junio de 1808.
Fue una fortificación hecha a barbeta con cajones llenos de tierra. Se hallaba junto a la de Dolores, al caño de San Fernando y al de Sancti Petri. Otra fuente enumera que contó para su defensa con diez cañones de a 18 y un mortero, que defendían el canal hasta la entrada en el puerto y atacaba las obras enemigas de Fort-Luis y del Trocadero. Una tercera fuente le asigna nueve cañones de a 24.