Según explica M.ª Elena Martínez Rodríguez de Lema, Juan Domingo Saporito era un rico genovés afincado en Cádiz. Construyó un caño en el año 1711 para que llegara el agua desde el de Sancti Petri hasta el embarcadero de su hacienda de la Isla de León, caño que fue llamado de "Zaporito", aplicándosele la forma de hablar del lugar a su apellido y que pronto dio nombre a toda la zona.
Seis años más tarde volvió a Génova y vendió su finca al también rico genovés afincado en Cádiz José Micón Porrata, quien aprovechó el caño para construir "un molino de pan moler" en una situación estratégica muy cerca de lo que iba a ser el centro de la población y sabiendo que la demanda de harina sería cada vez mayor al aumentar el número de habitantes.
Actualmente el caño presenta su mejor aspecto durante las pleamares. Sufre colmatación de fango sin que las distintas administraciones se pongan de acuerdo para un dragado prudente que no afecte a los muros.
Amplió la finca comprando al Duque de Arcos, Joaquín Ponce de León, un pedazo de tierra que lindaba con su propiedad.. En 1722 las obras marchaban a buen ritmo y se estaban realizando trabajos en la caldera para facilitar la entrada del agua pero José Patiño, Intendente General de Marina, dio orden de parar las obras ya que el caño resultaba perjudicial a los surgideros de los careneros reales, lo que provocó cuatro años de obras de remodelación para obtener la licencia de funcionamiento del molino.
Cuando en 1724 todo estaba listo el duque de Arcos le negó el derecho a la utilización del agua y sin ella el molino no podía funcionar. Se originó una disputa judicial entre Micón y el duque hasta que en 1732 por sentencia se le prohibió poner impedimento para que el agua llegara a la caldera. Empezó su funcionamiento solo siete meses antes de que José Micón falleciera a la edad de 80 años tras dedicar su esfuerzo, medios económicos y casi 11 años de su vida.
Tenía un pequeño dique para la construcción y mantenimiento de embarcaciones. Se pueden observar los restos junto al puente sobre la Ronda del Estero.
Este canal fue de importancia para el abastecimiento de la ciudad durante el asedio francés. Las mercancías llegaban a través del canal de San Jorge, que le unía con el puerto de Gallineras evitando los barcos navegar por el caño Sancti Petri y acercarse a tiro de las posiciones francesas.
En esta imagen se puede ver a la derecha el canal de San Jorge desembocando en la curva que hace el caño Sancti-Petri justo donde comienza el del Zaporito.