La batería de la Arenilla Se encontraba hasta hace poco casi oculta bajo las dunas entre las playas del Cangrejo Rojo y Las Redes sobresaliendo sus grandes merlones. Se reconoce su perímetro y los tres flancos dirigidos hacia el mar.
Su estado de conservación es precario. Hay que tener en cuenta que se trata de una construcción realizada sobre duna, excavando lo necesario para asentar las piedras que la forman y las piezas que se instalarían en ella. El único firme es roca arenisca.
La arena la ha cubierto y conservado durante décadas pero también puede terminar de destruirla por la erosión y el efecto de las raíces de la vegetación que crece en ella y está destruyendo lentamente sus muros. Otra amenaza es la falta de respeto por el patrimonio histórico de vándalos y grafiteros.
En el plano de Corvillón del siglo XVIII se le denomina Mola Seca y en el de Beaurais de 1734, la Moraleza. En el resto de cartografía aparece como La Arenilla, por la arena que la cubría.
De planta trapezoidal, su lado mayor es el frente principal que domina la bahía y el menor su gola hacia el lado de tierra, cerrada por un muro con aspilleras. El lado principal tiene 4 troneras y cada uno de los laterales troneras y aspilleras. Se aprecia un cuerpo de guardia. Posiblemente no tuvo construcciones cubiertas.
En el plano de Ignacio Sala se ve como apenas hay nada construido. Los muros sobresalen poco del plano de tierra con una sutileza que tiende a hacer invisible la construcción.
Como las otras, su misión era cubrir la ensenada exterior de la bahía y proteger la zona de playa dentro de su alcance en caso de desembarco enemigo. Montó entre cuatro y ocho piezas, según la época, de medio y grueso calibre. Debido a su ubicación sobre la ladera dunar era fácilmente atacable desde arriba y siempre tuvo problemas de enterramiento por la arena.
Tiene la consideración de Bien de Interés Cultural.
Afortunadamente y con motivo de la construcción de una pasarela peatonal a lo largo del cordón dunar, la batería ha sido parcialmente descubierta de la arena que la tapaba y se ha convertido en un espléndido mirador hacia el saco exterior de la Bahía de Cádiz. La intervención ha permitido también mostrar con mayor claridad su estructura y los elementos que la componen.