Plano militar de 1739 en el que se ve el fuerte de la Cantarilia o fuerte de la Alcantarilla
Los temporales que periódicamente azotan la costa gaditana permiten a veces el afloramiento de restos que habitualmente se encuentran bajo la arena. Fue el caso de la borrasca Enma en 2018, que provocó destrozos en el litoral al mismo tiempo que dejó al descubierto restos arqueológicos entre Cortadura y Camposoto como la antigua calzada, el acueducto romano o la batería de la Alcantarilla
Esta desaparecida construcción es muy desconocida ya que fue barrida por el maremoto del 1 de noviembre de 1755. Recordemos que este maremoto fue consecuencia del terremoto que asoló Lisboa. Tenemos referencia de su localización por algunos mapas, algunos restos y escritos como el del corregidor de la Isla de León, Juan Nicolás Exea y Mula, que detalló los daños en las playas de su jurisdicción. Junto a los cadáveres encontrados describe que "la violencia del mar arrasó y destrozó enteramente la Casa Estanquillo, ventorrillo y garita de piedra canto, que había en dicha alcantarilla, y el cuartel inmediato,… …habiendo quedado sólo los sitios donde estuvieron hechos los edificios”.
Plano militar de 1770 en el que se ve la ubicación del nuevo fortín de la Alcantarilla
Queda claro que este “cuartel” estaba cerca del puente de la Alcantarilla en dirección hacia Cádiz y que literalmente no quedó piedra sobre piedra.
Por tanto, hay que localizarlo entre el puente de la Alcantarilla y Cádiz, “principiando” el camino, esto es: entre la Alcantarilla y la Torre de Hércules, primer tramo de la ruta hacia Cádiz. El mapa cartográfico militar de 1739 adjunto lo ubica con bastante precisión.
Es necesario aclarar que entonces el camino hacia Cádiz no era el de la actual carretera sino que desde Camposoto seguía por la playa hasta Torregorda.
Imagen de Google Earth donde se ve una mancha de color verde, que correspondería a los restos del fuerte de la Alcantarilla.
Tenía base rectangular bien cimentada dada su proximidad al mar y su construcción sobre una base de arenas blandas superpuesta sobre otra de limo. Contaba con un parapeto elevado en dos de sus caras orientado al mar en forma de “L” y recorrido interiormente por una casamata cubierta, también en forma de ángulo.
Su objetivo era proteger el tránsito de pasajeros y mercancías por el camino de Cádiz, cuyo trazado se observa en el mapa y que se situaba entre el fuerte y la marisma, así como el acueducto. Era por tanto un lugar estratégico. A partir de ahí el camino giraba hacia La Isla. Otros autores consideran que el enclave tendría forma de T y que de él seguiría una vía hasta la Punta del Boquerón, paso de barcas sobre el Caño Sancti Petri, e islote del mismo nombre.
El maremoto, además provocar la muerte de su guarnición y destrucción, inundó también el camino y generó “cortaduras” de agua o brazos de mar que dificultaron posteriormente la comunicación terrestre entre Cádiz y La Isla.
Mientras se construía el nuevo camino alejado de la costa esta vía siguió utilizándose en estado precario, aprovechando la bajamar la mayoría de las veces y cruzando Río Arillo sobre los restos del viejo puente de la Alcantarilla o avanzando un poco más hacia adelante, siguiendo la playa hasta llegar a la altura del pozo de la Alcudia.
Además, la continuación de ese camino costero hasta la barca de Sancti Petri también siguió necesariamente en uso y necesitaba protección así que se decidió la construcción de un nuevo fortín en un lugar menos vulnerable: entre el camino y las marismas del río Arillo, con similar denominación: “Fortín de la Alcantarilla”.
El mapa cartográfico de 1770 nos muestra la ubicación de esta defensa militar, entre el antiguo puente de la Alcantarilla y la playa, elevado en altura sobre el cordón de dunas y más alejado de las mareas. Su diseño fue en forma redondeada, parecido a la Batería de la Laja de El Puerto de Santa María o la de Urrutia, aunque más pequeño que esta última.
Entre la albufera y la cortadura de Autrán se aprecian durante la bajamar una acumulación desordenada de bloques de piedra con formas angulares que coinciden con el dibujo del fuerte. Son muros de mampostería hechos de piedra ostionera con técnicas idénticas a las empleadas en la reconstrucción del arrecife de 1731 en la playa de Cortadura.
Este nivel de destrucción se puede atribuir al maremoto y al efecto de grandes temporales posteriores. Se puede apreciar cubierta por una capa de ostiones.
Es conveniente recordar que la palabra “alcantarilla” corresponde a la antigua palabra árabe que se refiere a un puente. En el mapa de 1690 aparece en este lugar uno extenso formado por 16 ojos sobre 14 pilares con una longitud aproximada de 215 metros. Servía tanto para la calzada como para el acueducto romano construido en torno a la mitad del siglo I antes de Cristo. Es a partir del maremoto cuando ya no vuelve a aparecer en la cartografía al construirse el nuevo camino, que corresponde a la actual autovía. Este puente y el recorrido del caño Río Arillo marcaba la linde entre Cádiz y la Isla de León, entonces bajo el dominio del duque de Arcos.
Puede llamar la atención la longitud de este puente, similar al puente Zuazo pero hay que tener en cuenta que el flujo de aguas del caño era mucho mayor que ahora, ya que comunicaba de manera abierta la bahía y el océano. Incluso tenía otras bocas que no llegaban a comunicar directamente con el mar y que probablemente serían consecuencia de las corrientes litorales y mareas que en ocasiones podrían superar el cordón litoral de dunas. Fue la construcción este puente la que provocó la sedimentación y colmatación que terminó cortando su acceso al océano.
Precisemos que el antiguo camino hacia Cádiz, tras atravesar la calle Real, se giraba hacia Camposoto a la altura de la actual calle Santo Entierro para dirigirse hacia la playa, rodeando el Cerro de los Mártires y por la costa seguir hacia Cádiz. No tiene por qué ser necesariamente el mismo trazado de la actual calle Santo Entierro ya que parece más lógico que el camino buscase la menor pendiente posible.