Estaba a espaldas del actual polígono Tres Caminos y elevada en el salero de Santa Ana, entre el caño de este nombre por su espalda y el de la Cruz por su frente, del cual dista unos 84 metros de terreno fangoso, por lo que no se pudo establecer en su orilla. Toma su nombre de otro de los personajes del 2 de mayo en Madrid.
Era de dos lados con un ángulo muy obtuso, parapeto para fusilería por la gola, toda de fango y arena con revestimiento de salchichones. Construida en 1810, se completó con parapetos para fusilería en la otra orilla del caño de la Cruz.
Cruzaba sus fuegos con la batería de Daoíz, incomodaba la enemiga del recodo de San Diego y los puestos enemigos de su frente, enfila las dos porciones del recodo saliente del caño de la Cruz y bate todos puntos de las orillas del caño Tempul al este de la Cruz. También dirige fuegos a la confluencia de los caños de la Cruz y Santa Ana y demás objetivos por aquella parte.
Estaba cerrada y artillada con seis piezas del calibre de a 12 y un obús de 7 pulgadas. Otra fuente dice que el obús era de a 9. Su construcción era sencilla formada por un parapeto aspillerado de apenas dos metros de altura, entre cuyos merlones se situaban sobre cureñas de madera los cañones de tres metros de largo. Los detalles sobre su construcción son los mismos que la Daoíz.
Fue reactivada en 1823 para la defensa de Cádiz, dotándola con 4 piezas. Actualmente de la Batería de Velarde se observa su perímetro total, aunque no quedan restos visibles de sus troneras. Destaca el buen estado de conservación que presenta el polvorín de munición, debido al uso que en tiempos posteriores se le dio por parte de la industria salinera, aprovechando la solidez de sus muros y su resistente cubierta abovedada.