Ubicado en uno de los extremos de la playa de La Caleta. Junto con los baluartes del Orejón y Capuchinos defiende las murallas que dan al mar al suroeste del castillo de San Sebastián y en este caso el acceso al mismo. Por tanto, formó parte de la línea de defensa de la zona norte de Cádiz.
Fue construido en 1676 usando piedra ostionera. Su construcción original era de planta triangular con dos lados frente al mar y el tercero abierto a la ciudad.
Es Bien de Interés Cultural y desde principios del siglo XXI se dedica a uso hostelero, lo cual está permitiendo su conservación en buen estado con reformas que han afectado a su interior pero que mantienen su estética exterior. La parte inferior del baluarte se halla protegida del oleaje por un arrecife artificial realizado con bloques de hormigón.