Defiende la playa de La Caleta de un posible desembarco y lanza su fuego hacia el océano Atlántico a la entrada de La Caleta. Su construcción es de 1672 con piedra ostionera. En 1596 ya alojaba una batería y había causado pérdidas a la flota anglo-holandesa que atacó Cádiz.
Presenta dos flancos cerrados con muro sencillo. Es un pequeño baluarte con muro en talud, al que se ha rebajado su altura quitando los merlones.
Durante su funcionamiento estuvo unido al Castillo de Santa Catalina por un muro de 88 metros de longitud formando en su recorrido dos redientes.
Rediente: se llama rediente a un saliente en la línea de muralla, compuesto por dos caras y una gola, que tiene por objeto flanquear dicha línea.
Es Bien de Interés Cultural y actualmente forma parte del paseo marítimo de la playa de La Caleta.